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lunes, 30 de julio de 2012

28 de julio. Linfen-Lingshi. "Una ducha! Una ducha! Mi reino por una ducha!"


Estas palabras las dice el rey de Inglaterra en Ricardo III de Shakespeare, con motivo de una derrota en una batalla. El no pedía una ducha (aunque tal vez la necesitase) el pedía un caballo. No se si para huir, para atacar o para tener un poco de sexo antes de morir...no lo se. Pero significan lo mismo, el valor que a veces tienen las cosas más simples cuando la necesidad las hace indispensables.

Yo a las 9:30am (sólo llevaba media hora de bicicleta) ya clamaba por una ducha.

Y es que la ruta propuesta por google maps me ha llevado por una carretera, que en su día tuvo que ser carretera, pero hoy es camino polvoriento, lleno de baches y charcos, transitado por camiones...un paraíso para los chanchos pero un calvario para un ciclista. A la media hora parecia un boquerón en harina.

En cuanto he tenido oportunidad me he metido debajo de un grifo de un taller mecánico y me he duchado casi al completo...y no será la última vez que lo haga en el día de hoy.

Por suerte la carretera vuelve a recuperar su asfalto a los pocos kilómetros y entonces ya ha sido meter la directa y zumbar para el norte.

Ha hecho mucho calor, los 40º C no me los ha quitado nadie. He bebido mucho y el viento sur no me aliviaba el calor pero ayudaba empujando mi bicleta.

En un colmado de carretera donde he parado a comprar bebida fresca, supongo que me han visto la cara negra y me ofrecen lavarme con un balde de agua y es mi segunda ducha artesanal del día.

Autovía entre montañas, río y fábricas (que para mi que son las de Chocolate de Charlie, por el color de los ríos). Llego a Lingshi, con 108km en las piernas, pero ya tengo bastante. He tenido tentaciones de alargar hasta Pingyao a 60km más, porque le tengo muchas ganas a esa ciudad (sólo teneis que poner su nombre en google imagenes y entenderéis porqué). Pero he creido que lo más inteligente era dejar para mañana esos 60km., llegar un domingo a las 12am que los hoteles se habran vaciado del fin de semana y me será más fácil encontrar alojamiento. Por otro lado, tendré día y medio para descansar y visitar la ciudad antigua de Pingyao.

Hablando de Pingyao, hoy me he piñao por primera vez...He pisado un montículo de arena, la rueda de delante se me ha clavado y me he caido por los dos lados de la bici. No se como lo he echo. Por suerte, medio cuerpo ha impactado en el asfalto, porque el otro medio ha caido encima de unas piedras. No me he echo daño, salvo en el amor própio, pero se me han desparramao todas las cosas de la bolsa frontal en la carretera y me he puesto otra vez de polvo hasta el píloro...Recién duchaito que estaba!

La tercera y última ducha ya ha sido en el hotel (esta vez no he tenido problemas como ayer). Salgo del hotel, despues de una siesta y cuando el sol está más bajo y me meto en un supermercado. Compro cosas para el desayuno y la cena ante la curiosa mirada de dependientas, cajeras y clientela en general. Al salir un festival infantil de baile en la plaza. Me siento en las gradas a observar y puedo sentir en el aire la mezcla de nervios e ilusión que desprenden todas esas niñas. Me identifico con esa sensación, a la vez que me pregunto ¿Cuando perdemos esa ilusión?



Lo peor: Sudor + Polvo = Una croqueta en bicicleta.

Lo mejor: Una ducha cuando la necesitas.



Etapa para mi Espe, que Espe-ro venga a verme este septiembre. Hoy todo mi cariño y mi energía es para ti. Un beso.



Distancia: 108km. Tiempo: 4h 35min. Vel.media: 21,8 Vel.max: 36,6





1 comentario:

  1. Hola, señor duchitas, veo que estas mejor que nunca en la bici, lo digo por la plegada que has pegado, parece la de la foto seguro, pero tu lo has llamado caida, tu no caes, es el suelo que se levanta. Asi que tranquilo.
    Me has dejado, en ascuas, el desayuno que?, informa tio, informa.
    Salut i sort.

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