Seleccionar idioma

lunes, 17 de febrero de 2020

El Conejo Delator (Extracto del libro "Memorias Apócrifas de un Payaso" por Angel Amieva

EL CONEJO DELATOR

¿Quien no ha jugado de niño, a atravesar corriendo una cortina de macarrones, o de canutillos, o antimoscas, o como mierda se llamen?
Si, de esas que se ponen en los establecimientos para poder tener la puerta abierta y que entre el fresco pero evitar que entren las moscas… Las hay de largos tubos  de plástico en espiral, de anillas de aluminio, o de pequeños tubitos (macarrones) de plástico duro, ensambladas por una argolla y que al apartarlas hacen un característico, refrescante y evocador ruido de verano; clic clic clic…
Pues corría el año…¡no sé! Yo debía de tener unos 7 u 8 años, y mi hermano gemelo…¡también! Y estábamos en una carnicería de mi pueblo, que creo que aún existe, ubicada en la calle Nueva (hoy carrer Nou) de Figueres.
Habíamos ido con mi madre, clienta habitual de esa carnicería. Ese establecimiento era, y es, un local pequeño atendido por dos resueltos e hiperactivos carniceros (¿Porque todos los carniceros parece que han consumido cocaína?). Cortan, trocean, pican, y envuelven la carne en ese papel blanco encerado a la vez que te preguntan; "¿Que más?". 

Esa mañana de sábado había tanta gente que hasta las tres sillas de espera estaban ocupadas.
Mi hermano y yo nos aburríamos mucho en estos lugares, sobretodo porque cada cliente compra como si fuese el día anterior a un apocalipsis nuclear. De hecho la palabra que más ansiábamos escuchar por parte de cada cliente era,  “Nada más” y el gesto más esperado era, el del puñado de perejil que el carnicero metía en la bolsa rematando así la venta.
Estábamos inmersos en ese aburrimiento cuando vimos la cortina de macarrones de la entrada y decidimos de forma automática, sin hablarlo, jugar a atravesarla corriendo como si se tratara de un portal tridimensional o una catarata de agua que no moja.
A veces (permitirme aquí un inciso), si no teníamos ganas de correr y disponíamos de dos (o una) de las sillas de espera para permanecer sentados, jugábamos a atar, sin que nos vieran, la tira del extremo izquierdo de la cortina con la tira del extremo derecho, creando así un lazo-trampa en el medio de la cortina, imperceptible al ojo humano, y donde el cliente confiado que entraba o salía y pretendía atravesar la cortina apartándolas desde el centro, en su ímpetu, quedaba atrapado por el cuello cual alimaña. Nos divertía ver desde nuestra silla furtiva, la cara incrédula de esos clientes “cazados”, que por unos instantes no entendían que los frenaba de repente por el cuello…ni en el mejor capitulo de Jara y Sedal.
Más de uno en su precipitada salida, con las manos ocupadas de bolsas, arrancaba la cortina de su anclaje y se la llevaba puesta cual capa de superman multicolor o si la arrancaba con el pecho (dependiendo de donde hiciéramos el nudo) se le quedaba enganchada en la cintura cual bailarina hawaiana de Hula Hula. Entre el estruendo de los más de cincuenta tubitos de macarrones, el estallido de color, la sorpresa y el ridículo, convertía la escena en la mejor e inimaginable entrada de payaso.
No fue el caso ese día, principalmente, porque como ya he dicho no había sillas libres para permanecer apostados y al acecho con cara de niño bueno que “nunca a roto un pato”.
Así que una vez certificada que la cortina no tenía ningún nudo en el cual imbecilmente caer en nuestra propia trampa, empezamos a entrar y salir a toda velocidad de la carnicería a través de la barrera o campo magnético (no recuerdo que era esa vez) que representaban las inocentes cortinas.

Todo ocurrió muy rápido y en mi descargo debo decir que no recuerdo quien de los dos fue el protagonista de la fatalidad, si mi hermano Mateo o yo (dependiendo quien lo explique se atribuye ser el autor material de los hechos), en cualquier caso, “tanto monta, monta tanto”…lo sucedido fue de espanto.
Fue en una de esas briosas salidas cuando sobrevino la desgracia. Cegado por la cortina, no vi atravesarse una viejecita, menuda y frágil que, vestida de riguroso negro se desplazaba lentamente con la ayuda de un bastón.
Mi cabeza, dura como madera de ébano, fue lo primero que golpeo la mandíbula de la vieja. Os podéis imaginar la complexión de esa señora mayor cuando el cabezón de un niño de 7 u 8 años le llega al mentón. El golpe fue seco, directo, parecido a un gancho de Mike Tyson, lo más parecido a una sobredosis de dormidina…Lo que siguió a continuación recuerdo que lo viví a cámara lenta. 
La viejecita queda noqueada de pie. Lo primero que cae fue su bastón y como si fuese una ficha de dominó, después cae ella. Cae recta y sin poner las manos y el duro suelo fue lo segundo que golpeo la cabeza de la desafortunada.
En ese momento mi hermano atraviesa la cortina enfrascado en el juego y descubriendo el percal, acaba con mi cámara lenta.
En un segundo y sin ni siquiera pararnos a pensar en lo ocurrido volvemos a entrar corriendo, pero esta vez nos parapetamos entre la vitrina del mostrador y mi madre, a la cual, ya el carnicero, estaba atendiendo.
La acción fue tan rápida y tan fusionada en la dinámica del juego que nadie se dio cuenta.
Fue como la misión de un cuerpo de élite; salir-matar-desaparecer. El crimen perfecto.
Durante unos segundos, casi un minuto diría yo, nadie en la carnicería se percató de lo ocurrido, concentrados, clientes y carniceros, en el mercadeo de la carne.
En la calle se empezó a formar un coro de curiosos y gente corriendo arriba y abajo, y eso, fue lo que atrajo la atención de todos los que estaban en la carnicería, mi madre incluida. Lo que siguió fue un ir y venir de gente entrando y saliendo de la carnicería, atravesando el portal dimensional, con frases como; “¡sa caído una señora y sa matao!”.
Mi hermano y yo seguíamos pegados a la vitrina y agarrados a la falda de nuestra madre, que no salió a la calle para no traumatizarnos y sobretodo no perder su turno.
A los pocos minutos llegó la ambulancia precedida de su sirena y eso ya si, paralizo la actividad de la carnicería.
Nadie sospechaba de nosotros, bueno, nadie, lo que se dice nadie…aquí viene lo sobrenatural de la historia. Hubo alguien, a parte de mi hermano, que si sabía quien había cometido el crimen y nos miraba con mirada acusatoria.  Desde el interior de la vitrina del mostrador un conejo desollado con su ojo grande y vítreo parecía decirme “se lo que hicisteis cabrones, os habéis cargao una vieja”. No podía separar la mirada de ese conejo despellejado rodeado de salchichas, pies de cerdo y pechugas de pollo deshuesadas. Ese conejo, o mejor dicho, ese ojo de conejo, que presenció todo, es el único testigo de ese homicidio involuntario. Y digo homicidio porque no hacia falta ser medico forense, ni tener mas de siete años, para saber que si no la mató el tremendo cabezazo, la mató el terrible impacto contra el suelo. 
Pasados unos interminables minutos la ambulancia se llevo a la pobre viejecita y la actividad de la carnicería se reanudó.
No es la imagen de la abuelita en el suelo rodeada de sangre la que tortura mi mitocondria desde entonces, es la imagen del ojo delator del puto conejo la que me perseguirá toda mi vida, como si de un cuento de Edgar Allan Poe se tratara.
Mi hermano y yo nos mirábamos con cara de “la que hemos liao pollito”. 
Mientras todo volvía a la normalidad se podían oír  comentarios de los clientes y del carnicero como: “No somos nada”. “Hoy estas y mañana no”. “La vida son cuatro dias,…aunque esta señora llevaba cinco por lo menos”.
“Niños (una señora a vernos acojonados y agarrados a nuestra madre), vosotros no os asustéis y seguid jugando y divirtiéndose todo lo que podáis, porque cuando te toca te toca”.

En ese momento mi madre pidió cuarto y mitad de conejo.
                                                                             
                                                                                                Angel Amieva.
                                                                            "Memorias Apócrifas de un Payaso".


miércoles, 21 de febrero de 2018


POPOBAWA*, "Misery & Adventure" 

    Africa cries and will continue crying trapped in a millennial curse. Six hundred years ago English, Dutch and, above all, Portuguese, traded with people in a macabre business that bled the African continent and today in the XXI century nothing has changed. In Africa there are still slaves. The oppressor and the oppressed are still alive under the guise of luxury safaris and the powerful white man, in this case, is embodied by a spanish company, which is curiously led by a Portuguese. History repeats itself.
    This company offers luxury safaris that travel through Kenya and Tanzania, and the "luxury"  I say it is debatable, even for customers, but certainly for those who are not questionable is for their workers who have working conditions, that framed in nowadays, they would be similar to those of the fifteenth century slaves.
    After working for five months as a guide for this company, I discovered that under the flag of "Luxury and Adventure" they really hides a "Misery and Adventure", and now, that I know the entrails of this monster, it is impossible for me to close the eyes to so much injustice ... I'm going to explain it:
    While each customer pays the nothing negligible amount of 4,500 euros for 13 days of Safari, the expedition chef, at the service of the clients (from sunrise to sunset), charges €120 and the attendant receives € 88 per the same period of time, 13 days.
Calculate the benefits yourself... "Misery and Adventure".
    Add and follow. In these miserable conditions it is added that none of them is registered in the social security, with the obvious consequences; they do not quote, they can not get sick or injured, since they would not charge, and if one of these cases occurs they have to pay for themselves medical care... "Misery & Adventure", how easy it is to become rich in Africa.
    But the conditions are not only bad in terms of hiring, but they are also forced to sleep in simple tents, crammed into bunks without any privacy, other times in hostels, where a horror movie could be shot, or even, in the same truck.
    The guides, almost all of us Spanish, do not have it much better. Nor are we registered in the social security and what at first looks like a labor contract, hides a commercial contract, in which our salary depends on the unbalance of the accounting of all the safaris accumulated throughout the whole season. This means that we do not charge a salary per month, but at the end of the season after checking the invoices we are paid. Any mismatch, accounting error, theft or loss of money is not assumed by the company, but automatically deducted from our salaries. This in principle seems simple but it is not so much when we are forced to travel and to guard almost 30,000 or 40,000 euros every day, in a backpack that will become a constant danger, even for our lives. The locals know of the existence of that money and in Africa the need makes the excuse for a life worthless before such a quantity. And you will ask, why do we travel with so much money? Once again, the greed of the great colonizer.
    Each client must bring to Africa a studied and exact amount of 1300 dollars and 480 euros. We are four guides with an average of 15 clients, in low season, in high we arrive at 19 and 10 safaris each one in the whole season. You do not have to be a genius of numbers to understand that it is a great evasion of currencies of more than one million euros free of taxes. Long live capitalism! Now is the time I want to remember the 120 euros of the chef and the 88 euros of the assistant ... "Misery and Adventure".
    Africa cries and will continue to cry. In the 21st century, slaves do not wear chains, that's for sure, but they still exist. Oppression and exploitation by those who do not have morals or scruples are still carried out, under laws that protect them, and under the great lie of progress and evolution. My experience in Africa tells me that nothing has changed and I cry with her for all the miseries that are hidden in this "Luxury & Adventure" what this company  promises.


* The real name of the company is expressly omitted so as not to hurt sensibilities and not to tempt the freedom of expression, so weak in the current times. The choice of “Popobawa” is not casual, this name collects all the attributes of the company in a perfect analogy. Popobawa whose meaning in Swahili is "Bat/wing" is the name of an evil spirit of Tanzania associated to multiple misfortunes. Mythology says that in addition to bat can also take any other form including human. The victims of Popobawa can be men, women and children and their attacks in addition to physical, can be poltergeist phenomena or the most feared all, the sodomy.

 POPOBAWA*, "Misery & Adventure"

    África llora y seguirá llorando atrapada en una maldición milenaria. Hace seiscientos años ingleses, holandeses y, sobretodo, portugueses, comerciaban con personas en un negocio macabro que sangró al continente africano y hoy en pleno siglo XXI nada ha cambiado. En África siguen existiendo esclavos. El opresor y el oprimido siguen vigentes bajo el disfraz de safaris de lujo y el poderoso hombre blanco, en este caso, es encarnado por una empresa de viajes de aventura española, que curiosamente es liderada por un portugués. La historia se repite.
  Dicha empresa ofrece safaris de lujo que recorren Kenya y Tanzania, y lo del "lujo" ya os digo que es discutible, incluso para los clientes, pero desde luego para quien no es discutible es para sus trabajadores que tienen condiciones laborables, que enmarcadas en la actualidad, vendrían a ser similares a las de los esclavos del siglo XV. 
  Después de trabajar durante cinco meses como guía para esta empresa, he descubierto que bajo el abanderado de "Luxury and Adventure" se esconde en realidad un “Misery and Adventure”, Y ahora que conozco las entrañas de este monstruo, me es imposible cerrar los ojos a tanta injusticia…Me explico: 
  Mientras cada cliente paga la nada desdeñable cantidad de 4.500 euros por 13 días de Safari, el cocinero de la expedición, al servicio de los clientes (desde que sale el sol hasta que se pone), cobra 120€ y el asistente percibe 88€ por el mismo periodo de tiempo,13 días. 
Calculen ustedes mismos los beneficios… “Misery and Adventure”.
  Suma y sigue. En estas condiciones miserables se añade que ninguno de ellos está dado de alta en la seguridad social, con las consecuencias obvias; no cotizan, no pueden enfermar o lesionarse, puesto que no cobrarían, y si se da unos de estos casos han de costearse ellos mismos la atención médica… "Misery & Adventure”, que fácil es hacerse rico en África. 
  Pero las condiciones no sólo son malas en cuanto a términos de contratación, sino que también se ven obligados a dormir en simples tiendas de campaña, apiñados en camastros sin ninguna privacidad, otras veces en hostales, donde se podría rodar una película de terror, o incluso, en el mismo camión.
  Los guías, españoles casi todos, no lo tenemos mucho mejor. Tampoco estamos dados de alta en la seguridad social y lo que en principio parece un contrato laboral, esconde un contrato mercantil, en el que nuestro salario depende de la cuadratura de la contabilidad de todos los safaris acumulados a lo largo de toda la temporada. Esto quiere decir que no cobramos un sueldo al mes, si no que al final de la temporada tras cotejar las facturas se nos paga. Cualquier descuadre, error contable, robo o pérdida de dinero no lo asume la empresa, si no que se descuenta de nuestros sueldos automáticamente. Esto en principio parece sencillo pero no lo es tanto cuando estamos obligados a viajar y a custodiar casi 30.000 o 40.000 euros a diario, en una mochila que se convertirá en un peligro constante, incluso para nuestras vidas. Los lugareños saben de la existencia de ese dinero y en África la necesidad hace la excusa para que una vida no valga nada ante semejante cantidad. Y os preguntaréis, ¿porque viajamos con tanto dinero? Una vez más, la avaricia del gran colonizador.
  Cada cliente debe traer a África una estudiada y exacta cantidad de 1300 dólares y 480 euros. Somos cuatro guías con una media de 15 clientes, en temporada baja, en alta llegamos a los 19 y 10 safaris cada uno en toda la temporada. No hace falta ser un genio de los números para comprender que es una gran evasión de divisas de más de un millón de euros libres de impuestos. ¡Viva el capitalismo! Ahora es el momento en que quiero recordar los 120 euros del cocinero y los 88 euros del ayudante…”Misery and Adventure”.
  África llora y seguirá llorando. En el siglo XXI los esclavos no llevan cadenas, eso seguro, pero siguen existiendo. La opresión y explotación por aquellos que no tienen la moral ni los escrúpulos se sigue llevando a cabo, bajo leyes que los amparan y los protegen, y bajo la gran mentira de progreso y evolución. Mi experiencia en África me dice que nada a cambiado y lloro con ella por todas las miserias que se esconden en este "Luxury & Adventure" que promete esta empresa.



*El nombre real de la empresa está expresamente omitido para no herir sensibilidades y no tentar la libertad de expresión, tan endeble en los  tiempos que corren. La elección de Popobawa no es casual, este nombre recoge todos los atributos de la empresa en una analogía perfecta.  Popobawa cuyo significado en Suajili es “Murciélago-ala” es el nombre de un espíritu maligno de Tanzania asociado a múltiples males. La mitología cuenta que ademas de la de murciélago también puede adoptar cualquier otra forma incluida la humana.  las víctimas de Popobawa pueden ser hombres , mujeres y niños y sus ataques ademas de físicos, pueden ser fenómenos poltergeist o el mas temido todos, el asalto sexual o sodomía. 

domingo, 30 de marzo de 2014

30 de marzo. La Ruta Austral: Un secreto al sur del silencio.

No hay manera de que me ponga al día con el blog. Cuando no es la conexión, es el ordenador o el cansancio o cualquier compromiso social...la cuestión es que se me acumulan las etapas en la libreta y no encuentro el momento de compartirlas con vosotros en el blog. Por eso voy a resumiros lo que ha sido este primer mes de pedaleo por la ruta Austral. Un mes increible, por lo duro de la carretera y por lo bello del paisaje.

Si se acabara este viaje hoy mismo, llenariamos las alforjas con un buen monton de experiencias únicas. Desde la impresión del glaciar Perito Moreno, hasta el pedalear al lado, por el que para mi, es el rio más bonito del mundo, el Baker con sus aguas azul turquesa que nacen en el lago General Carrera de aguas mas turquesas si cabe. O ver la mezcla de las aguas del rio Baker con el Neff, unas azules y otras lechosas del glaciar, creando un jaspeado de colores de dificil descripción pero bello en todas sus definiciones.

La ruta Austral es agreste y responde a leyes de la naturaleza para nosotros incomprensibles. Glaciares colgantes que desafian a la gravedad, que al ser admirados desde una carretera con una vegetación más propia de una jungla, crea un contraste exclusivo de esta parte del mundo.

Circular en bicicleta por este lugar es como pedalear por un parque temático. Pasas por valles, cañones al lado del rio cisnes donde puedes ver a los salmones remontar el rio, ventisqueros, cascadas a piede de camino, riachuelos de agua potable en cada recodo del camino, fiordos donde se mezclan las aguas saladas con las dulces con las heladas del glaciar y donde se pueden ver delfines saltando y rompiendo el espejo que es la superficie del fiordo, condores, aguilas, bandurrias con su caraceristico canto (o grito), huemules (no hemos visto ninguno pero los carteles los anuncian), guanacos, llamas, perros (estos cariñosos no como los de Bulgaria)...un catálogo de lo mejor de la Patagonia.

La ruta Austral tiene una longitud de unos 1300km de los cuales solo unos 200km son de asfalto, el resto es rípio que hace dificil y lento el circular con una bicicleta cargada con alforjas. Las ruedas que tan buenos resultados me dieron en mi viaje a China (recordar que en 14.000km no pinché ni una sola vez) ahora se han vuelto un infierno para esta ruta. No tienen agarre y hace que tengas que bajarte de la bici a empujarla en cada repecho y te caes de ella en cada bajada. Te obliga a estar con la mirada y la concentración puesta en el camino y te impide admirar muchas veces el paisaje, a no ser que te pares.

En una de esas bajadas, doblo la rueda de delante al meterla entre las dos tablas mojadas de un puente. La ostia es mayúscula, yo salgo ileso pero nos obliga a quedarnos dos días en Miñahuales en el hospedaje de la sra. Ruth una mujer con una perspectiva y sabiduría de vida que te obliga a escucharla por horas. Yo debo recular (en bus) 90km hasta la ciudad de Coyhaique para intentar enderezar la rueda y proseguir el viaje. Consigo que un "maestro" bicicletero le ponga su mágia y vuelvo a Miñahuales con la rueda más o menos redonda.

No sólo la bici requiere cuidados, nuestras maltrechas piernas se merecen un descanso y lo encontramos en las Termas de Puyuhuapi. Aguas naturales de todas las temperaturas y colores. Del descanso de Puyuhuapi a la adrenalina del rafting en el rio Futaleufú, meca mundial para este tipo de practicas.

En Fualaleufú abandonamos la Austral para adentrarnos en Argentina, buscando calor y asfalto y tambien para seguir pedaleando por parques nacionales como el de Nauel Huapi o Los Alerces. En este último la amenaza del virus Hanta nos impide acampar en cualquier lugar e incluso campings y senderos estan cerrados. La floración de una caña que ocurre cada 70 años produce una cantidad de alimento que hace que la comunidad de ratones colilargos se reproduzcan y lo mas peligroso cambien su conducta, de nocturnos pasan a diurnos y algunos de ellos pueden contagiarte por inhalación o por sus heces este virus mortal para el ser humano y que ya se ha cobrado dos o tres vidas. Las medidas preventivas rayan la exageración pero no puedes obviarlas.

Y finalmente después de varias etápas tranquilas y soleadas llegamos a Bariloche una ciudad cimentada con las influencias de alemanes y suizos y se nota en sus fábricas de cerveza y en las tiendas de chocolate. Desde aqui se nos presenta un dilema; volver a Chile o seguir por la ruta nacional 40 hacia el norte de argentina. Ambas opciones nos hablan de muchos kilómetros y días de pedaleo carentes de interés y peligrosa por el tráfico, por lo que estamos barajando la idea de meter las bicis en un bus y saltarnos la ventosa y aburrida pampa.

En el embarque de las termas de Puyuhuapi

Abandonamos en barco el paraíso de las termas



parada de bus en Puyuhuapi

los cielos argentinos en la Patagonia

El lago....un lago!

Las barreras contra el colilargo

Acampando antes de llegar a bariloche

El cielo de Bariloche

El Baker

Puente sobre el Futaleufú

El caballero de la Patagonia

Parque Nacional Los Alerces

Escribiendo en el diario

rafting en el Futaleufú

El Futaleufú

De nuevo cielos argentinos

sábado, 22 de marzo de 2014

8 de marzo. Arroyo Luna - Puerto Yungay. "De refugio a refugio y tiro porque me toca"

A las 8am chispea. El suelo está empapado de la que cayó anoche y a cierta altitud las montañas se han teñido de blanco. Hace frio y el día es desapacible para andar en bicicleta, es el típico día que te quedarías en casa viendo una peli del oeste con un chocolate calentito en la mano derecha (para más reseñas). Pero tenemos que desmontar y salir como alma mojada que lleva el diablo, porque a las 13h sale un barquito desde Rio Bravo y que nos cruzará al otro lado del fiordo, a puerto Yungay. La carretera, el viento y la lluvia hacen del paseo un infierno mojado (también) y a medio camino sabemos que el barquito zarpará sin nosotros (no importa, hay otro a las 19h).

Los repechos de entre uno y dos kilómetros, con el viento en contra y la gravilla suelta desmoralizarian hasta el mismisimo Indurain. Marta va derrotada, en varias ocasiones debo recular varios centenares de metros para salir a su encuentro al ver que no aparece. Cuando la encuentro está dsmoralizada y llorando me dice que no puede más. Le digo que siempre está la opción de parar a un camión y pedirle que la lleve a Rio Bravo, sufrir es una opción pero no una obligación. Así lo hace y es cochetransportada hasta Rio Bravo.

En mi pedaleo en solitario me encuentro con Raul, un cicloaventurero que viene recorriendo sudamerica y me dá interesante información para el futuro de nuestro viaje.

Llego a Rio Bravo (que me recuerda una peli del oeste) y entro en el refugio-estación del barco y poniendo voz de gringo duro de pelicula del oeste digo; "¿Es esto Rio Bravo?, ponme un whisky!...(cambiando la voz algo más afeminada) ...con un poco de leche calentita que hace mucho frio...". Los viajeros que estaban alli esperando, junto con Marta, explotan en una carcajada y fué asi durante las próximas 5 horas de espera. Risas y más risas entre James Cook (el navegante no, el otro), pareja de argentinos que viajan en moto. Alfredo, un chileno que venia de trabajar en Isla de Pascua y como no Alberto, nuestro Alberto el italiano.

 
 
 
 
 

Tiempo que aproveché para abrir la tienda de campaña y secarla del remojón de la noche anterior.

Dos horas más tarde llegaría Roberto (el trekker) y Sofía (la tímida).

Cruzamos este brazo del mar pacífico (fiordo) con el barco y nos deja en puerto Yungay donde nos disponemos a pasar la noche en ese refugio (de hecho es la sala de espera de la estación del puerto).

Distancia: 47km
Tiempo: 4h 02m
Vel. media: 11,7km/h

7 de marzo. Villa O'Higgins - Arroyo Luna. "Donde empieza (o acaba) la ruta Austral"

Despedida y esperanza a encontrarnos de nuevo por el camino de quienes han sido nuestros compañeros de viaje en estos dos últimos días; Alberto y Roberto.
La pista hasta el refugio donde queremos pasar la noche es de ripio muy suelto (si pisas con la rueda la graba acumulada en el centro y a los lados del camino, vas al suelo fijo) y de 50kms, ni más ni menos.

El paisaje es espectacular, en mi vida he visto un escenario natural donde encajase perfectamente un dinosaurio con bata de cola (bueno lo de la bata de cola quizá cantaría un poco). Bosques de cohiués, infinidad de cascadas y riachuelos a pie de carretera, ventisqueros entre dos montañas, rios de agua lechosa, y como no el viento y la lluvia también nos acompaña y hace dificil la etapa.






Al llegar al refugio, descubrimos que está cerrado con candado y decidimos no dar un pedal más y acampar al lado. Justo después de plantar la tienda y cuando estoy calentando el agua para hacer una pasta, aparece Alberto para decirnos que el refugio está a 2km más allá, este donde estamos es particular. Optamos por no desmontar la tienda y movernos al otro lugar....mala decisión! Llueve toda la noche y justo donde plantamos la tienda se inunda por la proximidad con el rio...pero de eso no nos daríamos cuenta hasta la mañana siguiente.


Distancia: 49km
Tiempo: 4h 21m
Vel. media: 11,4km/h

6 de marzo. Candelario Mancilla - Villa O'Higgins. "Etapa sin pedaleo"

Por la mañana, al ir a buscar un poco de agua caliente a la señora, nos dan la buena noticia; el barco zarpó esta mañana de Villa O'Higgins y viene a buscarnos. A las 11:30 podremos embarcar y continuar nuestro viaje. Al oir la noticia, en el campamento hay rebuelo y las tiendas de campaña se desmontan a la velocidad del top manta.
 
 
 
 

Cuando llega el barco cargado de bicicletas y otros turistas de a pie mis recelos se confirman. El barco no salió ayer por temporal si no por falta de clientes. El recorrido del barco es de tres horas y debido al fuerte oleaje en algun tramo, saltamos más que Sergei Bubka arto de red bulls.

Villa O'Higgins está a unos 7km del puerto. Un bus espera a los pasajeros del barco. En un acto de fe y confianza extrema y debido al fuerte viento le pedimos al conductor del bus si nos llava las alforjas y accede. Asi, desprovistos de peso llegaremos antes. El bus parte y en ese momento el capitan del barco nos dice de subir las bicis en su camioneta y somos nosotros los que accedemos...¿Que culpa tenemos que el puerto esté a 7km de la villa?

Llegados a Villa O'Higgins, recogemos las alforjas y empieza la aventura de avituallarnos (para los proximos cuatro días), comprar gasolina para el hornillo, comer y buscar un lugar donde pasar la noche. Decidimos ir al Eco-camp, un camping ecológico regentado por una chica francesa que conocimos en Candelario Mancilla. El camping es rustico pero muy agradable. Plantamos la tienda sobre una plataforma de madera elevada del suelo por lo que nuestra vulgar tienda se convirtió en una tienda-horreo.

Cena y charla distendida con Alberto y Roberto y a dormir que hoy a sido un dia muy largo de pedale...un día muy largo!

Distancia: 357 millas marinas...yo que se!
Tiempo: Todo el día
Vel. media: 5 nudos...¿soy marinero acaso?